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Una escultura controvertida en la ciudad de Resistencia

Por Lucrecia Yaccuzzi

2019


En el marco de la cátedra de Sociología y Antropología del Arte


Abstract


El presente trabajo consiste en una investigación de las condiciones de producción y de las inferencias causadas por la obra realizada en el año 1991 por el chileno-israelí Daniel Peralta, durante la Bienal de las Esculturas, que se encuentra situada en la ciudad de Resistencia. Analizando diferentes aspectos, entre ellos los formales, estéticos, culturales y semánticos en relación al valor simbólico y a la industria del arte, que le permitieron adquirir más adelante a esta escultura controversial la calificación de “obra de arte”.


Palabras clave: escultura, Resistencia, arte, cultura, industria del arte.



La sociología es el estudio de las acciones y relaciones de los hombres entre sí y de sus condiciones y consecuencias, en el caso particular de la Sociología y Antropología del Arte estudia los aspectos antes mencionados, pero dentro del campo de las artes. La sociología de la cultura es una convergencia del pensamiento social general, de la historia y el análisis cultural; es la ciencia social que se encarga del análisis científico de la estructura y funcionamiento de la sociedad humana o población regional.

Mediante este análisis se abordará la escultura del chileno-israelí Daniel Peralta situada en la ciudad de Resistencia, en la plaza 25 de mayo, realizada en 1991. El mismo se enmarcará desde las perspectivas de autores como Maquet, Bourdieu, Adorno y Horkheimer, Graw, relacionando conceptos como locus estético, campo, industria cultural y mercado del arte, haciendo un estudio del por qué la obra tuvo tanta controversia. Contextualizando e indagando a través de diferentes conceptos/contextos/perspectivas y su puesta en relación para adquirir la calificación de “obra de arte”.

A la intitulada intervención de Daniel Peralta se la recuerda como una de las producciones artísticas más innovadoras a lo largo de la historia de los certámenes de esculturas en la ahora llamada “Bienal Internacional”. Los especialistas en arte en su momento observaron que la obra no cumplía con determinadas reglas o normas, una de ellas, que fuese trabajada dándole forma a la madera únicamente. Estas fueron las mismas por las cuales la obra no contó con aceptación de los especialistas en arte en su momento ya que Peralta había desarmado un banco, y solo realizó dos cortes sutiles al tronco de urunday, un árbol maderable de la zona intertropical americana, es nativo de la selva de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay. Se encuentra en los bosques del Pacífico de Centroamérica, y en las zonas con marcada estación seca.

La escultura había estado rozando los límites de la instalación readymade dado que el artista ensambló al asiento de un banco de la plaza, quedando el poste del tronco atravesado. Dentro de ciertos campos artísticos existen ciertas reglas que hay que cumplir, y este no excluía al certamen en cuestión, quedando vedada cierta libertad creativa. Sin embargo, hoy en día por esa libertad, la obra pasó a considerarse dentro de las categorías de monumento histórico ya que la misma, luego de varios movimientos y agitación popular, tuvo su apogeo en aquella época. Fue sacada del lugar en 1991 y vuelta a colocar en el año 1996. En Julio de 2011, la escultura tuvo un reconocimiento público por su 20º aniversario. Encabezados por el grupo “Ñeriland”, vecinos de la ciudad se reunieron para interactuar con la obra en una celebración que terminó por denominarla como “Escultura Ñeri”


EL ASPECTO SEMÁNTICO


Se puede decir que está obra posee mayormente un estatuto semántico, ya que la sociedad la abala y la transforma en un objeto trascendente de su mera materialidad, en el día a día de la conciencia colectiva.

Quizás en 1991 esos aspectos o reglamentos que se tuvieron en cuenta no se ajustaban al arte por parte de los expertos porque no se tenían claras las innovadoras formas de expresión. Al presente hay conceptos nuevos dentro del mundo del arte que son aceptados, a su vez la sociedad está mejor preparada para entender y apreciar de otra manera

¿Cuál sería hoy la mirada que otros críticos pudieran tener en el mundo del arte ante la obra de Daniel Peralta? Tal vez, la respuesta sería que en la actualidad los aspectos por los cuales la obra toma una dimensión estética y expresiva es, según Walter Benjamin, porque “a medida que pasó el tiempo se fue modificando el modo y manera de percepción sensorial, y éstos están condicionados por lo natural e histórico” (Walter Benjamin, “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica”, 1989, p. 3).

Los objetos de arte son objetos diseñados o seleccionados para exponerse, algunos de ellos se hicieron para mirar porque no hay otros usos posibles que podamos descubrir, en cambio otros tuvieron funciones fuera del contexto del arte, por ejemplo: político, utilitario, religioso. Se necesita un grado de acercamiento y aproximación con el objeto dado. En su contexto la obra, hoy llamada “Escultura Ñeri” responde a esto. Al observarla podríamos definir que ella es parte del devenir cotidiano de la comunidad que la alberga, el tronco está allí ocupando un espacio y determinando un aspecto simbólico de la conformación formal de la escultura.

Tomando como referencia a Marcel Duchamp y sus ejemplos típicos como lo son Rueda de bicicleta de 1913 o La fuente de 1917, junto a incontables artistas, toman como pilares básicos el extrañamiento de la cosa-objeto para convertirla en un objeto-obra. En este caso se descontextualiza el tronco de una forestal en un banco de una plaza, convirtiéndose en un estado nuevo para el objeto, y a través de la cual se descolocan las expectativas de los transeúntes, convirtiendo la obra-objeto en significante.


ASPECTOS FORMALES, ESTÉTICOS Y CULTURALES


La obra está ubicada en Resistencia capital del Chaco, República Argentina, en una de las plazas del centro de la ciudad llamada “25 de mayo” entre calles principales Hipólito Yrigoyen /Marcelo T de Alvear, Mitre/Sta Maria de Oro, Julio A Roca/ Juan B Justo, Frondizi/ Güemes.

La escultura está asentada al margen de una de las sendas peatonales, rodeada de elementos propios de una plaza, como árboles, césped, canteros de flores, juegos. Durante el día recibe luz natural y por la noche no consta con luz puntual propia sino que se ilumina con luces difusas de la plaza. Al estar en un lugar público es constante su relación con los espectadores “transeúntes” que califican la escultura dependiendo de su conocimiento cultural y artístico.

Si hablamos de los aspectos formales de la obra; mide aproximadamente un metro y medio, está realizada en madera natural en combinación con madera tratada. El tronco está en estado original incorporado perpendicularmente al banco. La misma, a simple vista presenta una mínima elaboración, es la simple fusión de un elemento con el otro. No hace ninguna referencia a nada visto ni conocido, la escultura no se parece a nada más que a sí misma, en un estado de conformación que el artista propone entre dos elementos contrapuestos, fusionándolos a modo de instalación.

Respecto al aspecto cultural que ha rodeado a esta obra, es interesante la opinión de quienes circulan por la zona y conviven con ella. Escuchar lo que la gente dice acerca de esta escultura puede aclarar nuestro panorama.




A partir de determinadas preguntas realizadas a ciudadanos de Resistencia se recabaron los siguientes datos:

Uno de ellos dice: “Esa escultura estuvo en una de las últimas Bienales que se hacían sólo con madera de urunday. No es una escultura, es más bien una obra de arte” “El escultor en lugar de trabajar la madera se dejó llevar por su imaginación y optó por realizar un trabajo artístico para transmitir un mensaje y queda a criterio de cada uno considerarla obra de arte o no”.

Otros comentan: “Para mí se titula como el “desprolijo” por ser un tronco sobre un banco únicamente, por no tener una apreciación artística a la hora de observarla, otros la llaman “Escultura Ñeri” y en cambio otros ni siquiera saben si posee algún nombre en particular”.

También dicen: “Yo nunca la vi como escultura, pero muchos sí... igualmente al arte se lo puede interpretar de muchas formas” “El escultor fue descalificado pero lo ingenioso está en cómo hizo para colocar el tronco, que después no se pudo sacar.

Continúan relatando: “Tenía minutos para terminar y en la desesperación tomó un banco de la plaza e hizo dos cortes al tronco y lo acostó sobre él, quedando ensamblados ambos elementos. Por supuesto que fue descalificado... pero tuvo su reivindicación años después por una movida del periodismo chaqueño…”.

Los comentarios podrían ser infinitos sobre un hecho ocurrido en su localidad, a la hora de contemplar una obra de arte, una escultura o solamente un objeto común; pero todos son puntos de vista relatados por un número de personas que no están formadas en lo artístico.

Seguramente las observaciones serían distintas si un número de críticos y especialistas formados en arte dan su propia opinión sobre la obra. Como así también, obtuve la opinión de la Licenciada Stella Arber, directora Museo de Arte Contemporáneo. Universidad Nacional del Litoral Santa Fe. 2000-2018.

Con respecto de la obra de Daniel Peralta es posible inscribirla dentro de los corrimientos de ciertos límites, del desdibujamiento de fronteras que ha habido en el arte contemporáneo en estas últimas décadas.

Si partimos de una premisa básica a la hora de definir lo que ha venido ocurriendo en las artes visuales en estos tiempos: La obra se determina como contemporánea mientras se exponga a no ser considerada arte, basados en esto, podríamos decir que los artistas contemporáneos, pretenden ante todo, frustrar las expectativas comunes de lo que debe ser una obra de arte. Entonces ya no interesan las mismas cosas que en décadas anteriores y se abren puertas, otros paradigmas en esta era de la hiperculturalidad, ejemplo de ello es que para los artistas contemporáneos ya no es importante la elevación espiritual, ni la interioridad como manifestación estética y menos aún la representación del ideal de belleza que fue clave en otros períodos de la historia del arte.

En la actualidad se plantea la búsqueda de sensaciones, de reacciones corporales inmediatas y directas, se intenta provocar las emociones más diversas, de sorprender, de impactar o de apelar a lo lúdico, de conectarse a través de lo irónico y tantos otros modos de abordaje para quien está frente a las obra, que son incontables. Además ya no tiene importancia para los artistas contemporáneos, demostrar habilidades manuales. Todas son formas de tomar la posta de lo que se denominó arte serio, sacarlo de escena y desarticular sus particularidades y dejarlo sin efecto.

Lo importante entonces, para los artistas actuales, es plantear un concepto y llevar a cabo una idea, emitir un contenido estético a través de la obra, se trata muchas veces de frustrar las expectativas que tiene el común de la gente sobre lo que debe ser una obra de arte.

Teniendo en cuenta que el jurado se negó a evaluarla se podrir decir que partiendo de nuevas particularidades, nuevos desplazamientos, o nuevos paradigmas hay nuevas narrativas, relatos y discursos sobre la obra, y para evaluarlas hay que estar preparados, sostener los fundamentos de estas nuevas prácticas y dar una opinión acabada de las obras.


RELACIÓN CON EL CONTEXTO CULTURAL


Hoy la obra adquiere carácter simbólico expresivo, por ser un elemento de la naturaleza valorada por la sociedad chaqueña. El tronco de árbol no es un material cualquiera en una provincia del Chaco, en especial su capital Resistencia, la cual es “famosa” por los concursos de esculturas, Bienales y por todo el movimiento cultural que existe.

En la ciudad, llamada “de las esculturas”, la madera tiene valor fundamental en la provincia. Si esa misma escultura estuviera en otro contexto, por ejemplo en otra provincia que no tenga vinculación con la madera, posiblemente no se le daría cierto valor.

Por lo tanto, se puede decir que en Resistencia sí adquiere cierta relevancia, pues cualquiera valora un tronco de árbol representante de la flora natal y que además es lo que le da supervivencia a la región, ya que la madera es apreciada en la economía chaqueña. La provincia del Chaco junto a otras provincias cercanas, es la región forestal de mayor amplitud, con formaciones leñosas de muy diferentes fisonomías, puede dividirse en tres zonas el Chaco Oriental o Húmedo, el Chaco Central y el Chaco Occidental o Seco. Los árboles más comunes en el Chaco Occidental son el quebracho blanco, el quebracho colorado santiagueño y chaqueño, los algarrobos, el palo santo, el itín, y otras plantas.



















El artista Daniel Peralta plantea un concepto, puede estar hablando de la tala indiscriminada de los bosques, porque ya no es el tronco pulido, no se está viendo el árbol sino que presenta el corte, el pedazo de árbol entero, que se identifica a simple vista, irrumpiendo en la vida comunitaria para poner a vista de la gente que, todo lo que se hace en madera significa tala de bosques.

Si bien la relación con la obra se da en un espacio público y no dentro de una institución o museo, tiene de igual manera conferida el “ser una obra de arte”, en este caso, está dada por el artista que la convirtió en artefacto/objeto con una apreciación estética. “...Al ser percibida por el público y las respuestas/comentarios que tienen hacia el objeto realizado, éste adquiere una mirada a las formas no instrumentales en las que ellas podrían señalar un locus estético...” (Jacques Maquet, “La Experiencia Estética. La mirada de un antropólogo sobre el Arte”, 1986, p.231). Como dice John Mack “no existe objeto etnográfico, ni objeto de arte, sino objetos mirados de manera etnográfica, estético o histórica...” (Garcia Canclini, La sociedad sin relato, 2010, p.109). Es decir, objetos mirados por un conjunto de personas que pertenecen a una misma comunidad y generalmente a una misma comunidad lingüística y cultural. Objetos que pueden ser mirados desde un aspecto bello o artístico y objetos que pueden ser mirados con determinados principios y métodos a partir de un conjunto de acontecimientos y hechos que pertenecen al tiempo pasado y que constituyen el desarrollo de la humanidad desde sus orígenes hasta el momento presente, especialmente hechos vividos por una persona, grupo o miembros de una comunidad social.

En la obra de Daniel Peralta el tronco de un árbol puede pasar a ser un objeto artístico porque sale de su contexto natural para ser ubicado en una plaza, y ser contemplado por los espectadores transeúntes. Puede ser que para una persona sea muy representativo, o tenga un valor sentimental, importante para ese contexto, esa cultura, en cambio para otro puede resultar desconocido, sin importancia alguna y sin un valor significativo ni sentimental. La mente del sujeto está determinada por un estado emocional en un cierto agrado o desagrado de lo que está presenciando.



CAMPO ARTÍSTICO


Esta obra rompe con los estereotipos del arte, se venia de contemplar lo bello y lo armonioso, hasta que un objeto común y corriente como un tronco de un árbol apoyado en un banco, se considere una escultura de la región del Chaco. Es por eso que considero pertinente traer a colación lo planteado por Pierre Bourdieu:“Para cada cultura, cada objeto es considerado de diferentes maneras y más si son colocados en otros campos. La noción de campo se define por lo que está en juego (la ilussio) y los intereses específicos que contiene (...) El campo artístico tiene una estructura en la cual se da una lucha para imponer las reglas dentro del mismo. “A mayor desarrollo del mercado propio, mayor autonomía del campo respecto de los demás...” (Pierre Bourdieu, “El sentido social del gusto”, 2010, p.11-13). En relación a la “Escultura Ñeri” el campo propio de Resistencia y el jurado en esa Bienal determinaron las leyes de funcionamiento por la cual la obra fue primeramente rechazada por influencia de otros campos.

Bourdieu asume que:

“El grado de autonomía varía según las épocas y las tradiciones nacionales. Depende del capital simbólico que se ha ido acumulando a lo largo del tiempo a través de la acción de las generaciones sucesivas (...) El poder simbólico que se adquiere a través de la obediencia a las reglas de funcionamiento del campo se opone a todas las formas de poder heterónomo que algunos artistas pueden acabar recibiendo como contrapartida de los servicios técnicos o simbólicos que prestan a los dominantes” (Pierre Bourdieu, “Las reglas del arte”, 1991, p.327).

Entonces, el grado de autonomía de producción cultural hizo que la obra realizada por Daniel Peralta se categoriza como obra de arte.


PERFIL ECONÓMICO- VALOR SIMBÓLICO- INDUSTRIA DEL ARTE


El mercado del arte está referido a lo financiero y económico como lo son el comercio, el precio, los negocios, las ventas y las subastas. Se necesita cierta relación con el artista, quien tiene el rol de hacer un objeto con características durables. Además en relación a la teoría institucional del arte las obras son artísticas porque están hechas por artistas y los artistas son artistas porque los legitima la academia.

En el mercado del arte el que ocupa ese lugar dominante es el artista, que es visto como el creador de un artefacto con propiedades tales como representativas, simbólicas y expresivas. El artista tiene conciencia de que lo que crea es arte y también ciertas habilidades que le permiten a partir de técnicas artísticas, crear una clase particular de arte, participa con un determinado entendimiento en esa confección. Además lo puede crear para un cierto fin económico, donde sus artefactos realizados son subastados y vendidos a un cierto público del mundo del arte, sacando provecho al valor del mercado sin confundir que:

(…)su valor simbólico no tiene precio (...) Este valor presenta características específicas; singularidad, veredicto histórico artístico, reputación del artista, promesa de originalidad, perspectiva de duración, pretensión de autonomía y perspicacia intelectual” “La responsabilidad de generar este valor simbólico es atribuida a los críticos, historiadores, curadores, maestros del arte...” (Isabelle Graw, “¿Cuánto vale el Arte?”, 2008, p. 41-34).

¿Qué constituye el valor simbólico? La mercancía es tratada como una entidad dividida entre su valor simbólico y su valor de mercado. La autora toma como referencia la vivencia del artista Andreas Gursky, el cuál refleja los cambios estructurales que sufrió el mercado del arte en la década de 1990. También propone que una obra, para ser relevante, debe depender del valor del mercado y a su vez, representar un valor simbólico. Valor de mercado traducido a la economía política, mientras qué valor simbólico a la teoría cultural. Graw recurre a Bourdieu para plantear lo siguiente:

El sociólogo Pierre Bourdieu utiliza el término “valor simbólico” para describir el valor que va más allá de lo que puede ser medido en términos económicos. (…) Bourdieu ve el valor simbólico como la manifestación de una distinción que es difícil de cuantificar o medir en términos materiales.” (Isabelle Graw, “¿Cuánto vale el Arte?”, 2008, p. 33)

Este contexto en donde la obra se encuentra ubicada está relacionada con el campo artístico y por lo tanto se puede retomar la siguiente afirmación:

“(…)Bourdieu describe al mismo como un “mundo económico al revés” en el que no se aplica las normas del éxito económico. Dice que los artistas forman un mercado propio, con el resultado de que el valor simbólico y el valor de mercado son relativamente independientes el uno del otro. Además define al campo artístico como un universo relativamente autónomo...” (Isabelle Graw,“¿Cuánto vale el Arte?”, 2008, p.48).

Dentro del mismo se realiza un determinado procedimiento para que algo sea o tenga conferida el “ser” una obra de arte o no, que dependen siempre de las reglas del mismo.

La obra de Peralta no es una instalación escultórica para la venta, sino para la contemplación estética, no es un objeto a fin de ser útil o para su comercialización, sino con el propósito de poder apreciarlo, interpretarlo, aceptarlo o rechazarlo. La obra pasó de ser un elemento de la naturaleza a un artefacto del mundo del arte en combinación con un elemento manufacturado, sin posibilidades de ingresar al mercado del arte.

Si bien el mundo del arte también es considerado una industria cultural, es en la industria del arte, donde se busca un cierto fin económico. Enmarcar a la “Escultura Ñeri” con éste determinado fin, no sería adecuado, ya que no fue realizada con esa finalidad, ni es apreciada para la comercialización. Así como la industria del cine, necesita sujetos activos identificados con sus fines que se crean activamente, en la obra de Peralta se necesitó de los espectadores para otorgarle carácter artístico. A través del reclamo por parte de esa sociedad que unificó el gusto por ella, la misma pasó de no ser considerada como obra, a proclamarla “obra de arte”.

En una industria cultural como un campo ya sea artístico o no, hay determinados pasos que se deben cumplir para la elaboración de un objeto, determinadas reglas, que son impuestas por un dominante o agente en el mundo del arte y como plantean Adorno y Horkheimer:“(…)La técnica de la industria cultural ha llevado sólo a la estandarización y producción en serie y ha sacrificado aquello por lo cual la lógica de la obra se diferencia de la lógica del sistema social (Theodor. W, Adorno - Max, Horkheimer,”Dialéctica de la Ilustración”, 1994, p.166)

En el caso de Daniel Peralta y su obra, la misma pasó a ser un patrimonio histórico por el valor simbólico que se le ha dado por parte de la sociedad, donde no vieron la obra como una apreciación estética, sino por los hechos y acontecimientos puestos de manifiesto a nivel comunitario la ubicaron en otra situación que la de inicio e hicieron que se transformara en una necesidad, marcaron su regreso al lugar donde fue emplazada y con eso cobró entonces un valor simbólico y un estatus social impensado anteriormente y que es respetado por gran parte de la población.

Toda una cultura pone en juego sus diversos tipos de valores y los desarrolla de manera que nos convirtamos en simples consumidores y espectadores reflexivos de todo lo que se lleva a cabo. En el arte se crea, se contempla, se aprecia, se venden obras, se le otorga un status, se le otorga un rol al público. Teniendo en cuenta el lugar o campo donde se realizan las actividades, producción, creaciones, dependen mucho del contexto en el que están ubicadas, porque no se pueden salir de ciertos reglamentos si quiere llegar a un determinado fin.

El arte está constituido como toda faceta intelectual, significativa, estética, cultural, histórica, inspiradora, como forma de expresión, crítica y como testigo de un contexto determinado y vivencia personal del artista, estos son algunos de los requisitos que el jurado tomó para evaluar la obra, además de los roles que cumple el diseño, la espacialidad, la relación espacio-tiempo, originalidad del propio artista, etc. El artista crea la obra con el fin de convertirla en un objeto de apreciación y de crítica por parte de la sociedad, donde al arte siempre ha de mirar con recelo a los guardianes del orden establecido. Tiene capacidad de expulsar el inconsciente hacia el exterior, lograr un placer y un estado de catarsis en el ser que solo puede explicarse al realizar actividades artísticas, sin interesarle demasiado la parte económica queriendo lograr una transformación en el pensamiento humano, por eso la obra tomó mayor importancia cuando se dejó pasar un tiempo para reflexionar y cambiar ese pensamiento humano a lo que era considerado arte o no, por eso recurro de nuevo a Graw cuando plantea lo siguiente:“…La obra se diferencia de las demás formas de mercancías por su valor simbólico...” (Isabelle Graw, “¿Cuánto vale el Arte?”, 2008, p.14) esto se puede ver reflejado por algunos de los conceptos vertidos en esta investigación y por el análisis realizado de la obra.


CONCLUSIÓN


Al relacionar la obra “Escultura Ñeri” del escultor chileno Daniel Peralta con distintos autores, como Maquet, se encuentra vinculación cuando se plantea el Locus estético que se refiere a representaciones y expectativas estéticas de una cultura que se concentran en categorías de objetos.

De la misma manera está vinculada con el concepto de Campo dado por Bourdieu haciendo referencia al campo artístico donde se necesitan determinados requisitos para ser considerado arte o no, donde se sitúa a la obra de Peralta como una de las tantas obras emplazadas en la cuidad de Resistencia con motivo del concurso de 1991 pero que no reunió con las reglas de ese campo, siendo rechazada por influencia de los demás campos.

A su vez la obra tiene poca conexión con la Industria Cultural dado por Adorno y Horkheimer donde en la industria del arte se busca un cierto fin económico, no es el caso de la obra seleccionada. ¿El artista pensó la obra o simplemente improvisó? ¿Hubo creación, recreación, o reutilización de un tronco de urunday?

La obra de Peralta posee ciertas claves que deben ser tenidas en cuenta: parte de una idea, tiene una técnica de realización muy simple, plantea un mensaje comprometido con el medio, es parte de un paradigma contemporáneo donde el artista no necesita demostrar habilidades, pensó la obra, tomó lo que tenía, lo fusionó con algo existente que reutilizó, le dio otro contexto, lo resignificó, creó un objeto nuevo que instaló en un espacio determinado, es decir, creó una obra de arte.

Tal vez como lo hizo Duchamp, tomar el objeto tal cual está y atribuirle el estatuto de arte, le proporcionó el carácter de objeto tal cual llegó a sus manos y por elección conceptual lo transformó en obra de arte, fundamental en esta zona del país, ennobleciendo a la madera tan propia del lugar donde está emplazada la instalación escultórica.

Por último, tomando a Graw con el Mercado del arte, se puede asumir que es el artista el que ocupa una posición dominante, donde el mismo le otorga un valor simbólico y no un precio a la obra. ¿Qué pasaría si alguna vez cambia de contexto porque la misma fue vendida a un museo u otra institución o porque el campo decide preservarla de las inclemencias del tiempo? Ahí a la obra se le pondrá un precio, por lo tanto será el valor que se le confirió. ¿Perderá entonces su valor simbólico o caso contrario ese valor perdurará en el tiempo?


Bibliografía


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Bourdieu, P. (2010). El sentido social del gusto. Elementos para una Sociología de la Cultura. CIMA Editores.

Bourdieu, P. (1995). Las reglas del arte: génesis y estructura del campo literario. Anagrama.


Canclini, N. G. (2010). La sociedad sin relato: antropología y estética de la inminencia (Vol. 3068). Katz editores.


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Maquet, J. (1999). La Experiencia Estética. La mirada de un antropólogo sobre el

Arte. Celeste ediciones.







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