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Valentina Mariani

Por Lara Schaefer


Valentina Mariani realiza obras que resaltan las prácticas manuales como el bordado, la cerámica y la fotografía analógica, además de cargar con una marcada impronta feminista. Creadora de la obra Remiendo/Cicatriz (2019) en la que interviene con bordado tradicional una fotografía sublimada para hablar sobre los procesos que atraviesa una herida. La entrevisté porque me parece interesante cómo aborda la lucha por la equidad de derechos desde prácticas a las que las mujeres fuimos, desde siempre, relegadas.

Valentina Mariani nació en 1990 en Corrientes. Es Licenciada en Artes Visuales por la Universidad del Litoral. Expuso su obra en espacios como el Museo Juan R. Vidal en Corrientes y el Centro Cultural Kirchner (CCK) en Buenos Aires.

¿Hubo alguna obra de arte que haya definido tu vocación o te haya impactado en tu infancia o adolescencia?

En mi infancia, toda la serie referida a Juanito Laguna de Antonio Berni, me gusta apreciarla en su conjunto, como un gran relato de la marginalidad en la infancia.

Si pudieras llevar a tu casa una obra que hayas visto en un museo o colección pública, ¿cuál sería?

Alguna de Adriana Varejão, me cuesta elegir solo una porque toda su obra me parece increíble, pero pensando en ubicarla en algún espacio de mi casa, sería Azulejaria "De Tapete" em Carne Viva (Carpet-Style Tilework in Live Flesh) (1999) porque me gusta la analogía que hace, los azulejos y las entrañas que simulan el interior de una casa tal vez, pero también el interior de un cuerpo.


¿Qué obra regalarías y por qué? ¿Qué obra destruirías y por qué?

Regalaría alguna de Feliciano Centurión: Flores del mal de amor, Pulpo o Luz divina del alma, por su gran contenido emotivo y por estar hechas a mano, dos cosas que tengo en cuenta a la hora de hacer un regalo.

Y en cuanto a obra que destruiría, pienso en la serie de fotos que Garry Gross le tomó a Brooke Shields cuando ella tenía 10 años. Hay una en particular que me impresiona: The Woman in the Child, por el título, por lo explícita que es la foto y sobre todo por el contexto en que sucedió. Considero que la ética no debe estar separada del arte, quizás muches puedan no estar de acuerdo, pero no me parece que el arte deba ser el espacio donde todo esté permitido, al menos no cuando se vulneran derechos y esta obra en particular representa la explotación infantil en su máximo esplendor.














Si pudieras hacerte retratar por una pintora o pintor de cualquier época, ¿a quién elegirías y por qué? ¿Cómo te harías retratar, con qué objetos, animales o vestimentas y en qué ámbito?

Por Frida Kahlo, es a quien me remite la pregunta, sobre todo pensando en incluir objetos, animales y vestimenta. Hoy sería en mi patio seguramente, acompañada de mis gatos y con un vestido que tengo, es de tul, color rosa Dior con volados.

¿Tenés alguna poesía o novela preferida? Alguna a la que siempre vuelvas o te haya servido para un momento de creación.

Mi planta de naranja lima, más que nada por cómo la historia se grabó en mi memoria. El libro llegó a mí cuando tenía 10 años, gracias a una amiga (Belén) que lo había leído y me lo prestó. Volví a leerlo dos o tres veces más en distintos momentos de mi vida, pero aún no me olvido de esa primera impresión, imaginando su casa, su familia, el momento en que descubre el dolor.

Al momento de empezar un proyecto artístico, ¿comenzás experimentando con lenguajes, materiales y técnicas o conceptualmente?

Tiendo a pensar primero en imágenes, lenguajes, materiales y luego indagar en lo conceptual. Supongo que tiene que ver con que soy una persona a la que le atrae mucho lo material, lo manual, me gusta aprender a hacer cosas nuevas: cerámica, bordado, pintura, costura, moldería, fotografía analógica. Siempre digo que imagino la casa ideal como un gran taller de diversas disciplinas donde un día puedo revelar fotos, otro día hacer un vestido y otro modelar arcilla o pintar un cuadro.

¿Cómo llegaste a encontrar las temáticas que te interesan?

Si pienso en mis primeras obras, la temática de derechos humanos siempre estuvo presente. Mis abuelos paternos fueron presos políticos, mi trabajo estaba muy relacionado con la historia familiar, por lo que ese contenido político a la vez también era muy personal. Y ahora, si bien la temática cambió un poco por la impronta feminista de mi obra, me parece que sigue teniendo que ver con esos orígenes, con esa relación entre lo personal y lo político. Pero si bien, como en toda obra feminista, siempre hay un poco de recuperación histórica, el punto central de mi trabajo es poder introducir mi propia experiencia.

¿Cuál es tu motivación o interés respecto de tu producción?

No suelo pensar mucho en mi motivación, quisiera poder vivir de hacer arte, pero creo que tiene más que ver con las ganas de poder dedicarme a materializar mis obras sin pensar, por ejemplo, en llegar a fin de mes, que creo que es algo que compartimos la mayoría de les artistas de clase media o baja... Además, en mi hacer soy muy poco organizada, a veces las ideas surgen, pienso en los materiales (que no siempre son a los que podemos acceder) y produzco, pero luego, a la hora de participar en muestras, por ejemplo, me interesa mucho el proyecto curatorial, el espacio, les otres artistas con quienes voy a exponer...

La obra de Valentina Mariani se ve atravesada profundamente por ideas políticas y feministas, e impregna de éstas, técnicas que muchas veces pasan de generación en generación de parte de las mujeres de la familia.

Para conocer más de su trabajo, se puede visitar su sitio web:


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