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Andrea Yunes

Fecha de entrevista: 2 de noviembre de 2022.


Por Paula Magalí Vera





“Pintar con FILM” es la primera muestra individual de la fotógrafa correntina Andrea Yunes que refleja sus experimentaciones con técnicas de intervención fotográfica. Se trata de un videomontaje de 4’27’’ proyectado en el Espacio Plasma del primer piso del Centro Cultural Universitario de la Universidad Nacional del Nordeste, donde se visualizan fotografías tomadas por la artista que fueron intervenidas con técnica film soup.

Yunes realiza una investigación entre la fotografía digital, la analógica y los montajes de distintos formatos. Las fotografías de su muestra persiguen los inesperados colores y formas que los líquidos como té y alcohol generan en el film fotográfico. Hace énfasis en el momento de descanso que requiere el proceso de intervenir fotografías analógicas.





Las fotografías fueron entre 2018 y 2019 en las ciudades argentinas Corrientes, Resistencia y Mar Del Plata



-¿Realizó algún curso o taller relacionado a la fotografía o intervención fotográfica?


-En 2014, participé de un Taller de Fotografía Experimental dictado por Celeste Jacobo en el café/bar cultural El Mariscal. Al finalizar ese Taller, tuvimos una muestra grupal en ese mismo lugar, y unos meses después surgió una segunda parte para quienes se mantenían interesados. Los talleres que encontraba [en Corrientes] eran sobre la parte técnica de fotografía, que si bien ayuda, yo no contaba con una cámara profesional. Quería aprender todo lo técnico y del uso de la cámara, pero era difícil aplicarlo porque tenía una cámara digital de esas compactas y viejitas, y con ese taller [el de fotografía experimental] empecé a usar una cámara vieja analógica.


-¿Ese fue su acercamiento a la fotografía analógica?


-Sí. Ella [Celeste Jacobo] también nos dio herramientas para todos los usos de distintas cámaras.


-¿Cómo empezó su interés por la fotografía? ¿Considera que ese taller con Celeste Jacobo fue clave en su trayectoria de experimentación fotográfica?


-Siempre, con las herramientas que tenía, probaba sacar fotos. Tenía un celular viejito, alrededor de 2009 o 2010, con una cámara que permitía sacar fotos muy de cerca, casi macro. El enfoque era desde tres centímetros, no tenía una buena resolución, empecé a experimentar fotografías más abstractas, me permitía tomar fotos a cosas con detalles o texturas, iba probando. Después lo editaba en Photoshop o algún editor que tuviera a mano. Ahí empezó mi interés puntual de sacar fotos a cosas que no sean algo cotidiano.


-Con respecto a la pintura, ¿tiene algún interés? ¿Le da un sentido al “pintar” la fotografía?


-No, no las pinto con un sentido de buscar algo en particular, es más para probar, que me sorprendan los colores. Los resultados que se terminan dando siempre son distintos. Manchas, algo que se está derritiendo, algo líquido, casi como quemado. A veces llega a entrar más luz de lo intencionado, se filtra y se suma a la imagen y al color. Es una búsqueda experimental, probar y ver qué pasa.


-¿De dónde surge la idea de intervenir fotografías?


-Lo que probamos mucho en el Profesorado con respecto a la pintura, era el collage: buscar distintas formas desde el trazado del papel, cosas nuevas que se formen. Una vez, en dibujo, probamos intervenir papeles con agua y pinturas, y desde ese momento me interesó jugar con los colores y el líquido, y pude llevarlo a la fotografía. Me interesa el montaje digital, ver qué se puede lograr, distintas texturas, añadir color, cambiar y modificar elementos. Llevado a lo analógico, es más sobre una búsqueda de color y forma.


-¿Considera que su experimentación se trata de una búsqueda paralela entre el montaje digital y el analógico al intervenir fotografías?


-Sí. Paralela en el sentido de que el resultado que se logra en lo analógico casi no lo toco, lo dejo como sale, a menos que sea una fotografía con falta de contraste, no retoco las imágenes cuando salen del escáner de la película. Sí me permito usar retoque digital con las imágenes tomadas por cámara digital.


-Sobre la técnica que utiliza, el film soup: ¿cómo la encontró? y ¿cómo la describiría?


-Habré encontrado esta técnica en foros de internet, páginas como flickr, comunidades y grupos de fotografía. Buscaba sobre fotografía analógica para ver qué hacían otros artistas. Ese fue mi acercamiento al lomography, el uso de las cámaras como de juguete, de plástico, económicas. Era una especie de movimiento fotográfico, de personas que continuaban la fotografía analógica. Había películas que venían con una intervención o color agregados al film, es una manera de destruir el material porque estás agregando cosas, agregando líquidos que afectan la película.


-De las fotografías de su muestra, ¿hay alguna que sea su favorita, la que más destaque?


-Me gustaron mucho los resultados que se lograron con el film soup de alcohol. Los de té también me gustaron mucho, pero con los de alcohol te llevas una mayor sorpresa. Siempre se logran esos chorreados, esas cosas líquidas, me gusta ese resultado: los colores cian y magenta que se forman con la sopa de alcohol, son muy interesantes.




Fotografía intervenida con alcohol



-¿Tiene algún referente de fotografía o arte que considere influyente para su experimentación?


-De Argentina: Grete Stern. Internacionales: Dora Maar y Man Ray. De arte contemporáneo: Rineke Dijkstra y Cindy Sherman. Un par de referentes de street photography son Alexander (@wrapped.nil), que utiliza el movimiento en su técnica para hacer que sus fotos parezcan pinturas, y Anna Harf, que también utiliza la técnica film soup y doble exposición en sus fotografías.


-Investigando sobre técnicas de combinar las disciplinas de fotografía y pintura, me encontré con conceptos como "destruir una foto" para crear arte: ¿Qué piensa de esta idea de estar destruyendo algo para intervenirlo?


-Es rara la mezcla de destruir, sí. Hay mucha gente que trabaja interviniendo en la película, realizando cortes, destrucción literal del soporte y logra resultados muy interesantes. Yo creo que es un destruir porque no va a resultar lo mismo a cómo está la película (en su estado original para grabar la luz). Es destruir para encontrar algo nuevo, que te va a sorprender, porque no sabes a lo que estás llegando.


-¿Cuál fue el descubrimiento más interesante o valioso que surgió con su investigación al realizar estas intervenciones?


-Creo que lo que me dio la fotografía analógica fue una especie de libertad de decir “saco esto”, y al no tener la imagen de vuelta instantáneamente en la pantalla tomo este momento que está pasando o algo que puse delante, y me permite jugar con la doble exposición o el film soup.

En esos años (2017-2019) cuando saqué muchas fotografías analógicas, era llevar la camarita en el bolso, sacar una foto o dos, buscar el momento adecuado para usar la cámara, si no, no la tocaba. Tener un número limitado de fotos, sí, te limita pero yo siento que a la vez te libera porque decís “uso la cámara cuando quiero, cuando siento, y el resultado lo veo más adelante”.


-¿Qué fotografía regalaría, a quién y por qué?


-Creo que a Delfina. Es una amiga que vino a apoyar la muestra el primer día. Siempre estuvo presente en mi vida, gracias a ella inicié mi camino en dibujo y pintura a los 16 años.




Fotografía que Andrea regalaría a su amiga Delfina

Andrea Yunes nació en 1990 en la Ciudad de Corrientes, Argentina. Tomó clases de Dibujo y Pintura en el Instituto Superior Josefina Contte. Participó de Talleres y Cursos de fotografía experimental y fotografía estenopeica en distintos Centros Culturales de su ciudad. Realizó una Clínica de Arte con Diana Aisenberg en 2012. Su primera muestra individual “Pintar con FILM” se expuso en el Espacio Plasma del Centro Cultural Universitario de Corrientes. Actualmente cursa el Profesorado de Artes Visuales en el Instituto Superior Josefina Contte.


Instagram de Andrea Yunes:




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