top of page

ENTREVISTA A FABIANA LARREA

Tejiendo el arte: el acto de dibujar con los hilos.

Por Luciana Nicoletti

2020



Fabiana Larrea desarrolla la creación de sus obras comenzado por un pequeño ovillo de hilo con el que teje de un modo introspectivo, sin rumbo y en silencio, dejándose sorprender por lo efímero del instante. El mecanismo que utiliza en sus producciones está estrechamente vinculado a la meditación que practica en su vida diaria. Sus trabajos buscan trascender lo personal y ampliarse a lo colectivo, entendiendo esta noción como un modo en el que percibe el arte. El acto de dibujar con los hilos muchas veces es acompañado por la escritura, utilizando la palabra como disparadora. Le interesa trasladarse desde el plano mental al campo de la acción, así, todo aquello que sucede alrededor del proceso de creación, Larrea lo hace consciente y lo evidencia a través de la materia, manteniéndose fiel a lo que la obra por sí misma demanda.


Decidí conocer a Larrea como artista y profundizar en su trabajo porque considero que aporta al arte contemporáneo regional desde dos aspectos transversales: por un lado a nivel formal, sus grandes tejidos que se emplazan en diferentes espacios hacen uso de un material cotidiano, fácilmente manipulable, que encuentra su complejidad en el proceso de creación y en su recontextualización dentro de las propuestas artísticas. Por otro lado, su contenido recorre tópicos que parten de un interés personal y lo trascienden en el diálogo que se genera con otros elementos discursivos y estéticos.


PARA LA COLUMNA: Fabiana Larrea nació en 1972 en Puerto Tirol, Chaco, Argentina. Es artista, maestra en Artes Visuales y profesora en Grabado y Dibujo; egresada del Instituto Superior del Profesorado de Enseñanza Artística de Bellas Artes, “Alfredo S. Pertile”. Organizó Encuentros Nacionales y Sudamericanos de Grabado en la Plaza 25 de Mayo y en la sede del Museo Provincial de Bellas Artes “René Brusau” en la ciudad de Resistencia. Fue Co-fundadora de Grabar, asociación destinada a la difusión del grabado, Fundación Antorchas. Integró el espacio de arte Noni Andresen en Resistencia, Chaco. Fue coordinadora del Proyecto de Intercambio Lingüístico Cultural Argentina-Francia (P.I.L.C.A.F.). Actualmente trabaja en el proyecto Última Palabra de Amor.


¿Cómo se fue desarrollando tu carrera desde que empezaste?


Empecé con el tejido casi a modo de terapia, como un proceso introspectivo, utilizando un hilo fino y manipulable. A medida que lo descubría pude notar las formas interesantes que se creaban y empecé a experimentar. Me propuse tomar eso que había descubierto y continuar, hacerlo crecer, sin saber cuál iba a ser el resultado. Las convocatorias para mis primeras intervenciones textiles fueron surgiendo bastante rápido, afortunadamente. La primera que hice fue en la Casa de las Culturas. También intervine la fachada de la FADyCC y en otra oportunidad en el Teatro Oficial Juan de Vera de Corrientes.


Me gustaría saber sobre tus proyectos ¿cuáles emprendiste en los últimos años?


Uno de mis proyectos más grandes y recientes fue El Mensaje en la Botella en Puerto Tirol. Chaco. Consistía en hacer un gran tejido que se emplazó en la playa. Trabajé con los habitantes de Puerto Tirol, recolectamos muchos sueños, así los llamo yo. La idea era que en conjunto se forme una gran red que involucre todos los sueños, cada mensaje iba en una botella. Los habitantes del lugar me ayudaron mucho, fue un proyecto en conjunto, se mostraron muy entusiasmados. Cuando terminé, después de un año de trabajo de recolección, tenía una cantidad increíble de mensajes y botellas, imaginate.


Fue un trabajo que se retrasó en varias oportunidades. Por cuestiones climáticas, por ejemplo, lo que me impedía entrar al campo donde se estaba emplazando la obra. El hecho de que me llevara mucho tiempo me estresó bastante; yo sentía que tenía un compromiso con la gente de Puerto Tirol y lo quería cumplir. A raíz de esos momentos de estrés surgió casi en paralelo una serie de tejidos negros, en donde deposité un poco de todo esto que me estaba pasando. En esa nueva serie también me permití plantear un poco el mundo inconsciente y de los sueños. Como un nuevo mecanismo de trabajo, diferente al que venía planteando.


Actualmente estoy con un proyecto que se llama Última Palabra de Amor, en este caso se abrió un espacio en redes para proponer a las personas que quieran participar a que compartan cuál fue su última palabra de amor, entendiendo esa frase en un sentido amplio. Para mí es muy movilizador que personas a veces desconocidas me confíen esas palabras y hasta el relato de las circunstancias en las que fueron dichas.


¿Hubo alguna obra de arte que haya definido su vocación o que le haya impactado en su infancia/juventud?


De otros no, sinceramente no tengo una imagen en la memoria de una obra puntual.


Si pudiera llevar a su casa una obra que haya visto en algún museo o colección pública, ¿cuál sería?


¡Qué difícil! La verdad, no traería ninguna. Me gusta tener mi casa con el espacio despejado, ni siquiera tengo obras mías a la vista, no me gusta el ruido visual. Así que creo que apreciaría cualquier obra… pero, por más que me guste mucho la dejaría donde está, en su lugar. Además, a mí me gustan más las obras efímeras, justamente las que no puedo trasladar.


¿Qué obra regalaría, a quién y por qué?


Soy de regalar muchas obras. La verdad que depende de la persona a quien se la regalo. Busco ese vínculo que considero que existe entre la obra y esa persona, conociéndola por supuesto. Percibo una particularidad suya y ahí la regalo. Obras mías no regalo, lo hice una sola vez. Pero siempre que compro, aunque no creas que compro muy caras, me fijo en eso, en algo especial.

¿Qué obra destruiría y por qué?


Las mías, sin dudas. De hecho, lo hago. Soy de destruir mis obras para volver a crear algo nuevo. Incluso me pasa que cuando siento que algunas solo me sirvieron como algo muy personal, únicamente como introspección y meditación o que no trascendieron ese plano, siento que no las tengo que exhibir. No es eso lo que pretendo mostrar, no me interesa. Solo me sirvieron a mí, en ese momento y ahí se quedan.


Si tuviera que hacerse retratar por un pintor, ¿A quién elegiría y por qué? ¿Cómo se haría retratar? ¿Con qué objeto, animal, vestimenta, ámbito, etc.?


No estoy segura de con quién. Y también me preguntaría por qué querría retratarme. Si pienso en eso ahora que me decís, sería en un momento especial que quisiera recordar o registrar, algo que pretenda mantener en el tiempo. Como un recuerdo, por ejemplo, mi infancia. Sí, me retrataría como Fabiana pequeña.


¿Qué monumento público (escultura o conjunto escultórico) salvaría de una hecatombe?


¡Ninguna! (Ríe)


¿Qué edificio notable salvaría de una hecatombe?


Ningún edificio. Prefiero salvar otras cosas más importantes como las cosas naturales. Lo demás que se queme todo. ¿Para qué mantenerlo? En ese momento no importa más nada material.


¿Qué música escuchó durante el cuatrimestre? Consigne al menos tres géneros musicales de preferencia.


En general no soy de escuchar mucha música. Afortunadamente vivo en un lugar con patio grande y tengo una naturaleza de fondo que me gusta contemplar: tengo el canto de pájaros, tucanes, imaginate. Entonces siento que no la necesito.


Las veces que lo hago escucho, por mencionarte algunos; Radiohead, Bjork, Damon Albarn, pero depende mucho del momento. También me gusta escuchar la voz de mujer, cualquiera sea el género musical, me parece agradable contemplar el timbre o el tono de voz. A la noche suelo escuchar algo más movidito para levantar, ¿viste? (ríe).


Sin dudas Fabiana logra vincular estrechamente su modo de vida con sus creaciones. Si bien la intención y finalidad de sus trabajos no se quedan en un plano personal, utiliza modos, métodos y técnicas característicos de ella y de su vida cotidiana para crearlas. Cada detalle en sus obras, pero sobre todo en su proceso de creación refleja un modo de pensar lo cotidiano. Esa calma y paciencia que la caracteriza al expresarse se ve reflejado en sus trabajos en grandes formatos que plantea generalmente como proyectos a largo plazo.


La dinámica que utiliza en sus últimas propuestas involucra activamente al espectador, quien forma parte de las obras no como un mero receptor, sino como alguien que acompaña el proceso de sus proyectos. En este sentido destaca los detalles que ve y escucha en los demás, da lugar a las voces de los participantes y las potencia en sus trabajos. Por ello, es coherente y fiel a su intención de plantear el arte como algo colectivo. Fabiana contempla, observa, disfruta y trabaja sobre lo que sucede en un aquí y ahora. “Eso es lo que más me interesa y me parece potente”, concluye.


Para conocer más sobre su trabajo pueden visitar los siguientes enlaces:

Comments


bottom of page