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Ángeles Rivero

Por Maira Ayala

2020

Al generar una base de datos para catalogar cosas que pertenecen a su habitación, Angeles Rivero, la creadora de Lo ajeno es el tesoro más deseado (2018) propone un espacio reinventado y reordenado de ese lugar íntimo, donde evidencia un autoconocimiento y a su vez conocimiento del entorno que la rodea, interpretando el espacio interior y exterior. La entrevisté porque me parece interesante la manera en que logra entrelazar la complejidad del caos, planteando contrastes entre un mundo interior que, a través de una operación tan simple como la clasificación de datos, puede llegar a interpelar a otras personas.






Nació en 1990 en Pilar, provincia de Buenos Aires. Es artista visual. En 2010 inició la carrera docente de Artes Visuales en la Escuela Juan Mantovani en Santa Fe. Realizó seminarios de arte contemporáneo dictados por Gabriel Valansi y Elena Oliveras.

¿Hubo alguna obra de arte que haya definido tu vocación o que te haya impactado en tu infancia/juventud?


Tengo recuerdos de contemplar fascinada las carrozas alegóricas en los carnavales de Esquina.  No me detenía en detalles, sino en la complejidad escénica de su despliegue, en la armonía comparsera de las coreografías, en el destellar de lentejuelas y purpurina que circundan a los carros alegóricos realzando su heráldica presencia. Me gusta pensar que mi trabajo y mi construcción personal de la imagen es vicaria de estas experiencias donde siempre me sentí una espectadora deslumbrada. 

Un poco más grande conocí y me reconocí en la iconografía de Florián Paucke, un monje jesuita que misionaba en comunidades mocovíes y se dio maña para pintar costumbres y paisajes en tiernas y sinceras acuarelas.


¿Cómo enfrentás tu proceso de creación? ¿Te entregás a la experimentación y dejás que surjan elementos nuevos y azarosos en el proceso o ya trabajás sobre una idea sin posibilidades de modificación? 


Mi trabajo es producto de la concreción material de un sortilegio.  Cuando la imagen o la idea llega a mí, la voy transcribiendo en frases o versos, la dibujo en papeles austeros, boceto mucho y finalmente llega el día en que decido hacer la obra y me valgo de este recorrido como preview para proceder a componer. A veces, desde un convencimiento interno de que es preciso hacerlo y a veces con muchas dudas y temores, pero sabiendo que no concibo una obra perfectible, sino la expresión valorativa del error como elemento inherente en el proceso.


¿Cómo te vinculás con el entorno y que características de éste crees que afectan y dialogan con tus producciones?


El entorno y el paisaje, en mi obra, lo son todo. Es un paisaje siempre lejano, es el recuerdo de los espejos de agua en los campos, de los misterios de la siesta, hay mucho costumbrismo en lo que decido transcribir como paisaje. La percepción de un payé o embrujo sobre un lugar con una carga energética particular es un elemento conceptual del que me valgo para componer mi mitología, los claroscuros entre la devoción y el paganismo.


¿Qué tipo de lugares dentro de la ciudad donde vivís te despierta más atención (una esquina, cuadra, comercio, casa abandonada, etc) y por qué?


En la actualidad vivo en la ciudad de Santa Fe, donde estudio y gestiono mi trabajo como artista. Me gusta mucho salir a dar paseos en bicicleta, últimamente elijo pasear por Parque Sur, bajo los lapachos en flor. Siento que me despeja la mente y a la vez la pone a trabajar desde la contemplación, donde observo, por ejemplo, las fluctuaciones cromáticas sobre follaje y edificios con el correr de la tarde. 


¿Qué obra regalarías, a quién y por qué?


Donaría una performance de Mauricio Poblete a una escuela pública. Su obra detona distintos análisis que la escuela se debe, ya sea desde la diversidad de género, la diversidad cultural, la economía popular, los símbolos tradicionales y miles de lecturas que pueden hacerse.




IL MARTIRIO DI CHOLA (2014)

Mauricio Poblete.

Performance/instalación: tierra, ristras de ajos, y proyección.

Acción realizada en Espacio Cultural Julio Le Parc.

Registro fotográfico: Alfredo Dufour


¿Qué obra destruirías y por qué?


Creo que destruiría cualquiera de las de Kandinsky porque hay muchísimas reproducciones y porque cada vez que alguien dice abstracción lírica inmediatamente pensamos en alguna de las obras de este artista, por lo que también las destruiría como memoria colectiva.


Wasilly Kandinsky. On White II. 1923.



Si un pintor/a pudiera retratarte ¿a quién elegirías y por qué?, ¿cómo te harías retratar?, ¿con qué objeto, animal, vestimenta, ámbito, etc?


Me gustaría ser retratada por Toti DiStefano, vestida de luto con una peineta y un velo negro y de gafas. Lo elegiría a él por el vínculo de amistad, porque somos les dos geminianes y porque admiro su obra.


¿Qué escena de película, fragmento de un libro, o un detalle particular en una pintura o escultura o cualquier otra obra hacen que te conmuevas o hacen que le prestes atención? 


Me gusta mucho el animé, han impactado ciertas escenas, diálogos o capítulos puntuales de HunterXHunter; puntualmente algunos capítulos del arco de La subasta de York New, donde Chollo Lucifer, el principal némesis en esa parte de la historia, tiene la habilidad de robar otras habilidades y termina robando la habilidad nen, de predecir el futuro con poemas. 


¿Qué cosa inimaginable o irreal te gustaría traer al “mundo real”? y ¿por qué?


La telequinesis, la teletransportación, la telepatía.


Angeles Rivero se encuentra construyendo un camino enriquecedor en la escena local del arte, enlazando en su hacer artístico sus propias vivencias y el entorno que la rodea, logrando convertir a ambas en un todo desconcertante y fascinante a la vez.


Para conocer más acerca de la artista pueden visitar las siguientes redes:

IG: @_lameloide_


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