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Juan Sorrentino

Por Lucrecia Yaccuzzi

Juan Sorrentino nació en 1978 en Resistencia, Chaco. Es artista sonoro y visual. Licenciado en Composición de la Universidad de Córdoba, tiene un postgrado en Tecnología y Video del Media Center d’Art y Disseny (MECAD) en Barcelona.

El trabajo de Sorrentino se ha presentado en América del Sur, Estados Unidos y Europa; incluidas las colecciones del Museo del Arte Contemporáneo en Bahía Blanca y la Fundación Once en España. Ha recibido numerosos premios a través de las Becas UNESCO- Aschberg para Artistas; el Premio de residencia de Borges; Fondo Nacional de las Artes (FNAC); el Instituto Goethe de Córdoba; y el Ministerio de Cultura de España Reina Sofía, entre otros. Su obra está incluida en las colecciones del Museo del Arte Contemporáneo en Bahía Blanca; el Museo Genaro Pérez, el Museo Provincial de Bellas Artes “Emilio Carrafa” y la Fundación ONCE en España; y colecciones privadas. Actualmente es director de MONTE, Residencia de arte, en la provincia del Chaco.

El artista crea obras, instalaciones, conciertos electrónicos, acústicos y multimedia que exploran conceptos de lenguaje visual. Su trabajo se basa en interacciones curiosas con objetos y materiales a través del sonido. Su objetivo es transmitir lo sensorial a través de lo corpóreo. Se acerca a las propiedades físicas y simbólicas del paisaje y la arquitectura con encuentros para el cuerpo, dando como resultado gestos poéticos. También, indaga en pensar la obra de arte en la experiencia.

A sus trabajos los divide en sonido, arquitectura y naturaleza, categorías que se entremezclan en algunas de sus obras, mientras que en otras los presenta individualmente. Además, vibración, oscilación y tiempo son tres factores siempre presentes en sus obras. Trabaja con el rango de frecuencia, conectándose con la física cuántica, astrología, filosofía y la espiritualidad.


En Sound Canvas de 2002, Sorrentino apunta hacia otro tipo de formato, pero sin dejar de lado lo sonoro. Es una instalación de pintura que invita a los espectadores a crear una imagen mental de una pintura descrita por un narrador desconocido que explica su propia experiencia visual subjetiva de la obra, sin revelar el autor o el título. Se trata de lienzos estirados, cada uno tiene una perforación circular en el centro con un pequeño altavoz incrustado.




Equilibrio, obra de Sorrentino del 2010, es una instalación donde los muebles están suspendidos en el aire por unas cuerdas, logrando un plano distorsionado. A medida que todo se desequilibra, en el limbo se establece un nuevo orden, pidiéndole al espectador que elija un estado de optimismo o pesimismo. ¿Apocalíptico o eufórico, utópico o distópico? Equilibrio es un momento efímero, un péndulo en una elipsis continua, como una alegoría del transmundo, el intermedio poético, ni aquí ni allá.


En su obra arquitectónica, Derrumbe, de 2016 aparece el concepto de trasformación, mediante los cambios que se producen en el muro, planteando la acción, la espera y el tiempo. En esta instalación específica del sitio, las vibraciones de sonido incrustadas hacen que la pared pierda capas y colapse lentamente durante el período de exposición. En la misma, el efecto sísmico provoca una alegoría que mezcla experimentalmente la belleza de la lenta decadencia con los temblores que sacuden los cimientos sociales.



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